domingo, 13 de septiembre de 2009

Parasitología: un tema sobre el que todos debemos saber









Si te preguntaran ¿que es la parasitología?, me imagino que dirías, por conocimientos previos o por lógica que es "la ciencia que estudia los parasitos" y si te preguntaran ¿que son los parasitos?, posiblemente dirías que son seres que viven a expensas de otros. Pero que dirías si te preguntaran: ¿Cual es su importancia médica? ¿En que nos afectan? y ¿Cuales medidas preventivas, debemos tomar? Bueno, ahí si que lo pensarías dos veces, y talvez te justifiques con que eso les incumbe sólo a los estudiantes y profesionales en ciencias de la salud.

Hoy en día un gran porciento de las personas que estan padeciendo una parasitosis, no saben que la tienen, otros se enteran al realizarse estudios y analisis indicados por otras causas y solo una minoría saben todo lo concerniente a la parasitosis que poseen.

Mi intención no es convertir a nadie en parasitolog@ de la noche a la mañana , sino incentivar a la investigación y a la reducción de las infecciones parasitarias, causadas por falta de conocimiento sobre dicho tema.

Existen varias clases de parásitos que afectan al ser humano: los protozoos, que son organismos unicelulares que se subdividen en intestinales (Giardia lamblia, Entamoeba histolytica, Balantidium coli, Blastocystis hominis...) y tisulares (Toxoplasma gondii, Plasmodium falciparum, Trichomonas vaginalis, Leishmania...); los helmintos, que son los popularmente llamados gusanos (Taenias, Enterobius vermicularis, Shistosoma mansoni, Ascaris lumbricoides, Trichuris trichiura...) y los artrópodos, que se caracterizan por tener patas articuladas (Mosquitos, Cucarachas, Pediculus humanus...).

Enfermedades como paludismo, dermatitis, dengue, tricocefalosis, amebiasis, elefantiasis, leishmaniasis, trichomoniasis, toxoplasmosis, uncinariasis son transmitidas por parásitos.

Entre las medidas preventivas que debemos tomar a nivel general, para evitar las parasitosis se encuentran:
  • Lavado de manos después de ir al baño y antes de cada comida.
  • Buena higiene personal
  • Deposición adecuada de las excretas humanas .
  • Uso de repelentes.
  • Buen cocimiento de las carnes y lavado de las manos antes y despues de manipularlas.
  • Eliminación de los criaderos de mosquitos.
  • Lavado de verduras y alimentos.
  • Uso de calzados.
  • Uso de insecticidas.
  • Buena recolección de basura y excrementos de animales.
Ahora, luego de adquirir una leve noción sobre la parasitología, de conocer algunas enfermedades y medidas preventivas, sólo queda tomar todo esto en cuenta, para disminuir y evitar las parasitosis.

Más que frases, son realidades

"La primera obligación del hombre es ser feliz y la segunda hacer feliz a los demás"
Mario Moreno Cantinflas

"El genio se compone del 2 % de talento y del 98% de perseverante aplicación"
Beethoven

"Un buen arrepentimiento es la mejor medicina que tienen las enfermedades del alma"
Miguel Cervantes

"Sin haber conocido la miseria es imposible valorar el lujo"
Charles Chaplin

No confies tu secreto ni al más íntimo amigo; no podrás pedirle discresión, si tu mismo no la has tenido"
Beethoven

"Quien solo medicina sabe, no sabe medicina"
Gregorio Marañon

"No hay camino para la paz, la paz es el camino"
Mahatma Ghandi

"El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona"
Arístoteles

"Vivir es como andar en bicicleta. Sólo te caes, si paras de pedalear"
Claude Pepper

"La mejor vida no es la más larga, sino la más rica en buenas acciones"
Marie Curie

"Todo empieza por un sueño, sueñalo y podrás lograrlo"
Walt Disney

Consejos de Esculapio

¿Quieres ser médico, hijo mío? Aspiración es ésta de un alma generosa, de un espíritu ávido de ciencia. ¿Has pensado bien en lo que ha de ser tu vida?

Tienes que renunciar a la vida privada. La mayoría de los ciudadanos pueden, terminada la tarea, aislarse lejos de los importunos; tu puerta quedará siempre abierta a todos: de día y de noche. Vendrán a turbar tu descanso, tus placeres, tu meditación; ya no tendrás horas que dedicar a la familia, a la amistad o al estudio. Los pobres, acostumbrados a padecer, no te llamarán sino en caso de urgencia; pero los ricos, te tratarán como a esclavo encargado de remediar sus excesos sea porque tengan una indigestión, sea porque estén acatarrados, pues estiman en muchísimo su persona. Habrás de demostrar interés por los detalles más vulgares de su existencia, decir si ha de comer cordero o carnero, si ha de andar de tal o cual modo cuando pasea. No podrás ir al teatro, ausentarte de la ciudad, ni estar enfermo.

Eres severo en la elección de tus amigos; buscas la sociedad de hombres de talento, de artistas, de almas delicadas, pues bien, en adelante no podrás desechar a los fastidiosos, a los escasos de inteligencia, a los despreciables. El malhechor tendrá tanto derecho a tu asistencia como el hombre honrado.

Tienes fe en tu trabajo; ten presente que te juzgarán no por tu ciencia, sino por las cualidades del vestido, por el porte de tu capa, por la apariencia de tu casa, por el número de tus criados, por la atención que dediques a las charlas y a los gustos de tu clientela. Los habrá que desconfiarán de ti si no gastas barba; otros si no vienes de Asia; otros si crees en los dioses; otros si no crees en ellos. Tu vecino, el carnicero, no te concederá su clientela si no eres parroquiano suyo, y lo mismo ocurrirá con el tendero y con el zapatero. Habrás de luchar de continuo contra las supersticiones de los ignorantes, pues no hay portero que no sea capaz de dar consejos a un enfermo.

Te gusta la sencillez; habrás de adoptar la actitud de un augur. Eres activo, sabes lo que vale el tiempo; tendrás que aguantar relatos que arranquen del principio de los tiempos, para explicarte un cólico; ociosos te consultarán por el solo placer de charlar, serás el vertedero de disgustos, de vanidades.

Sientes pasión por la verdad; ya no podrás decirla. Habrás de ocultar a algunos la gravedad de su mal; a otros su insignificancia. Habrás de ocultar secretos que posees, consentir en ser burlado, ignorante, cómplice. La medicina es una ciencia oscura, que los esfuerzos de sus fieles van iluminando de siglo en siglo. No te será permitido dudar nunca, so pena de perder todo crédito; si no afirmas que conoces la naturaleza de la enfermedad, que posees un remedio infalible para curarle, el vulgo irá a ver charlatanes, que venden la mentira que necesita.

No cuentes con agradecimientos; cuando el enfermo sana la curación es debida a su robustez; si muere, tú eres el que lo ha matado. Mientras está en peligro, te trata como a un dios, te suplica, te promete, te colma de halagos; no bien está en convalescencia, ya le estorbas; cuando se trata de pagar los cuidados que le has prodigado, se enfada y te denigra. Cuanto más egoístas son los hombres, más solicitud exigen del médico; cuanto más codiciosos, más desinteresado ha de ser él. Aquellos mismos que se burlan de los dioses, le confieren sacerdocio para interesarlo al culto de su sacra persona.

No cuentes con que este oficio tan penoso te hará rico. Te lo he dicho: es un sacerdocio, y no sería decente que produjera ganancias como las que saca un aceitunero, o el que vende lana. Te compadezco si sientes afán por la belleza; verás lo más feo y más repugnante que hay en la especie humana. Habrás de pegar tu oído contra el sudor de pechos sucios, respirar el olor de míseras viviendas, los perfumes harto subidos de las cortesanas, palpar tumores, curar llagas verdes de pus, contemplar las orinas, escudriñar los esputos, fijar tu mirada y olfato en inmundicias.

Cuántas veces un día hermoso, soleado y perfumado, al salir de un banquete o de una pieza de Sófocles, te llamarán para un hombre que, molestado por los dolores de vientre, te presentará un bacín nauseabundo, diciéndote satisfecho: «¡Gracias a que he tenido la precaución de no tirarlo!». Recuerda entonces que habrá de parecer interesarte mucho aquella deyección.

Hasta la belleza misma de las mujeres, consuelo del hombre, se desvanecerá para ti. Las verás por la mañana desgreñadas, desencajadas, desprovistas de sus bellos colores y olvidando sobre los muebles parte de sus atractivos. Cesarán de ser diosas para convertirse en pobres seres afligidos de miserias sin gracia. Sentirás por ellas más compasión que deseos. ¡Cuántas veces te asustarás al ver un cocodrilo adormecido en el fondo de la fuente de los placeres!

Tu vida transcurrirá como a la sombra de la muerte, entre el dolor de los cuerpos y de las almas, entre los duelos y la hipocresía que calcula a la cabecera de los agonizantes; la raza humana es un Prometeo desgarrado por los buitres.

Te verás solo en tus tristezas, solo en tus estudios, solo en medio del egoísmo humano. Ni siquiera encontrarás apoyo entre los médicos, que se hacen sorda guerra por interés o por orgullo.

Únicamente la conciencia de aliviar males podrá sostenerte en tus fatigas. Piensa mientras estás a tiempo; pero si, indiferente a la fortuna, a los placeres de la juventud; si sabiendo que te verás solo entre las fieras humanas, tienes un alma bastante estoica para satisfacerse con el deber cumplido sin ilusiones; si te juzgas bien pagado con la dicha de una madre, con una cara que sonríe porque ya no padece, o con la paz de un moribundo a quien ocultas la llegada de la muerte; si ansías conocer al hombre, penetrar todo lo trágico de su destino... ¡hazte médico, hijo mío!


Muy buenos consejos para aquellos que planean estudiar medicina y a los que ya caimos en la trampa, digo los que ya estamos en medio del camino de la carrera, nos recuerda nuestra realidad, pero a la vez nos impulsa a seguir adelante para lograr ejercer ese arte, que aunque nos compromete de por vida a la vez nos beneficia con el placer de ver cada día nuestros logros reflejados en los pacientes.